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María de la Luz Garay responde

Ex Presidenta de AMIC

¿Podrías hacer una valoración del significado de los procesos neoliberales y de institucionalización del campo de la comunicación?

Yo creo que las políticas neoliberales han impactado fuertemente en tres sentidos: la oferta de las carreras y los perfiles de esas carreras en relación con el mercado ha sido un terreno donde la comunicación sí nos hemos visto impactado, porque hubo un momento donde las universidades se vieron en la necesidad de replantearse los objetivos de formación que tenían, con los llamados periodistas o comunicólogos, dependía mucho de la universidad, y en donde tuvieron que atender mucho las necesidades del mercado para que sus egresados pudieran insertarse en distintos ámbitos laborales y, entonces, en ese sentido creo que entrar a los procesos de acreditación, la competencia por los recursos federales y estas evaluaciones de COPAES, de los CIES, etc., han obligado más a las universidades a responder a las necesidades del mercado que realmente a lo que significa la formación universitaria en un sentido mucho más social y más de compromiso con problemáticas sociales. Sin embargo, nos ha impactado, sin discusión, pero también, desde mi punto de vista ha favorecido en un sentido de percepción de la propia carrera, porque no solamente se ha institucionalizado, sino el hecho de contar ya con calificaciones externas, nacionales e internacionales, ha permitido que se gane prestigio como comunicólogos, y le ha dado ciertos estándares de competencia a nivel nacional e internacional a los estudiantes.

 

Esas mismas políticas, en el terreno de la investigación, también han incidido en las universidades y en la conformación del campo, porque entonces, esto que hemos discutido mucho de cómo se han ido consolidando los sistemas de evaluación, específicamente en el caso de México el SNI, pero en América Latina existen otros sistemas similares, que nos han generado problemas también en el sentido de tener que atender ciertas temáticas que nos permitan conseguir presupuestos para la investigación. O sea, esta necesidad de ajustarse a las problemáticas que organismos internacionales dictan como claves para dar presupuestos a la investigación, que sería un caso, y una cierta competencia interna que se ha generado entre colegas, en algunos casos, en donde hay que competir por presupuestos y eso genera a veces ciertas fricciones. Pero, al mismo tiempo, también creo que eso nos ha permitido entrar en un estándar de competencia a nivel nacional e internacional como campo, es decir, ya también hay un reconocimiento de que existimos, de que investigamos, de que marcamos objetivos, estrategias, metodologías, etc. y esas dos cosas han fortalecido, desde mi punto de vista, el campo de la comunicación; ha fortalecido el trabajo de la investigación y ha generado una suerte de efecto cascada en donde el hecho de que nuestros programas pasen estándares de evaluación, desde la licenciatura hasta el doctorado, ha permitido que muchos jóvenes se estén formando en estos campos de la investigación, sobre todo en los posgrados, y se vean beneficiados por un sistema de becas que les permite incorporarse casi de tiempo completo a esta tarea que, tarde que temprano, lo vemos en los Grupos de Investigación de la AMIC, cada vez es más frecuente encontrar a nuestros estudiantes incorporándose a las discusiones y, en muchas ocasiones, empezando a tener espacios estratégicos en sus universidades y en sus Estados. Entonces, yo creo que el balance, tiene muchas aristas pero, desde mi punto de vista, es positivo, nos ha visibilidad frente a muchos otros campos académicos, incluso dentro de las propias ciencias sociales, y aunque seguimos siendo un campo más reducido numéricamente hablando frente a otros, eso no implica que no empecemos a tener presencia y la AMIC, en el caso de México, en este recuento histórico es claro que ha jugado un papel clave para la presencia y la consolidación del campo.

 

Un segundo interrogante tiene que ver con el impacto de lo digital, poniendo en cuestión y desestabilizando nuestras aproximaciones teóricas, meteorológicas e, incluso, la forma de construir conocimiento. ¿Cuál crees que es la circunstancia del campo en este nuevo entorno y cuáles son los desafíos que debemos asumir e, incluso, cuáles serían nuestras líneas de investigación comunes que en el campo son imprescindibles desarrollar en este momento?

 

Yo creo que es un tema que se ha vuelto clave. El asunto de la digitalización yo sí creo que debe ser como un eje transversal en las investigaciones en general, porque si pensamos en estas definiciones de los actos sociales como actos comunicativos, el acto económico, el acto educativo, la acción política, evidentemente todas esas acciones sociales se están viendo impactadas por la digitalización, de distintas maneras, para la producción de contenidos, para la circulación y distribución de los propios contenidos y, obviamente, al ser acciones sociales atravesadas por todo lo digital son entonces también acciones comunicativas que se están viendo impactadas por lo digital. Pondría como ejemplo más específico el caso que yo trabajo, que es el de la educación, que es un acto social, sí, pero es un acto comunicativo y en donde la tecnología, sin duda, está jugando un papel protagónico que nos está metiendo en muchas discusiones y reflexiones a las cuales no acabamos de dar respuesta. Entonces, si tuviéramos que ser muy concretos, yo creo que un punto clave es comprender estas nuevas formas de construcción de conocimiento pero también estas nuevas maneras de producción de contenidos en los medios, como una línea importante de nosotros, que está generando nuevas estrategias, incluso de corte laboral, nuevas estrategias de circulación de la información que al final impactan en todo esto de sociedades democráticas, etc.; un tema que yo pienso que no debemos dejar de lado es el asunto de las brechas digitales, porque no es un asunto resuelto, sigue habiendo una exclusión digital muy fuerte y creo que nosotros, desde la comunicación, en las distintas miradas que podemos tener habría que encontrar puntos de coincidencia para aportar a la comprensión de las brechas digitales y las nuevas formas de distribución, acumulación y circulación del conocimiento.

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Este proyecto se realizó con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales 2014.

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